
Créeme que te entiendo perfectamente…
Te sientas delante del ordenador, abres 20 pestañas, pruebas una herramienta nueva, ves tres vídeos en YouTube, te suscribes a otra newsletter… y aún así no sabes por dónde empezar.
Al contrario, tienes mas dudas que antes.
Crear contenido no debería sentirse como una carga. Pero lo es cuando crees que necesitas dominar Notion, Canva, ChatGPT, Descript, SEO, Pinterest, edición de vídeo y 14 cosas más antes de publicar algo.
Y aquí va la verdad incómoda:
No necesitas 17 herramientas.
Necesitas claridad.
¿Qué es lo único que necesitas?
- Una plataforma donde esté tu audiencia.
No todas. Una. La que puedas mantener sin quemarte. Twitter, Medium, YouTube… pero empieza con una. - Un mensaje claro.
¿A quién le hablas? ¿Qué problema le ayudas a resolver? Si no sabes eso, ninguna herramienta te va a salvar. - Constancia.
No te hace falta un logo ni un funnel ni una intro animada. Te hace falta aguantar más tiempo publicando que el 90% que se rinde a la tercera semana. - Valentía para compartir en bruto.
Publica aunque no esté perfecto. El contenido mediocre publicado te lleva más lejos que el contenido perfecto que nunca vió la luz.
¿Lo estás complicando demasiado?
Mira, la mayoría de creadores que hoy viven de su contenido empezaron igual que tú: bloqueados, inseguros y con síndrome del impostor.
La diferencia es que ellos empezaron, se lanzaron a la piscina.
No sabían si lo que publicaban era bueno. No sabían si gustaba. Pero lo lanzaban.
Y con el tiempo encontraron su estilo, su voz, su sistema.
Lo simple funciona
Deja de perseguir la herramienta mágica. Hazlo con lo que ya tienes. Pulsa publicar.
Y recuerda: cada contenido que subes no es un “post”. Es un ladrillo más de tu proyecto. Tu portafolio. Tu futuro.
Todo el mundo empieza así, no estaban tocados por la varita mágica.
En mi newsletter comparto estrategias y movidas que me han funcionado a mi y a otros en el pasado, si quieres aprender más o simplemente necesitas inspiración lo mismo te interesa…
Deja una respuesta