Joder como me gusta hablar sobre hackear la mente.
Será porque para mí ha sido el mayor aprendizaje y lo que más beneficios me ha traído en mi camino cómo emprendedor, como padre, como hijo, como pareja y como persona.
Cuando empecé a devorar libros y blogs sobre emprendimiento lo único que quería era aprender a ganar dinero online para ser dueño de mi tiempo, lo que no sabía es que por aquel entonces aún tenía mentalidad de pobre.
Ya sabes, esa que nos enseñan en el colegio, a ser pieza de un engranaje y comprar cosas que no necesitamos para fardar delante de personas a las que no les importas.
La famosa carrera de la rata.
Lo más difícil de todo este camino no es aprender cosas nuevas, es desaprender malos hábitos mentales que hemos aprendido desde pequeños y que seguramente nuestro entorno sigue cometiendo por pura inercia.
No te preocupes, es normal y casi todos hemos crecido con este condicionamiento.
Ya sabes que haciendo lo mismo que los demás no vas a conseguir resultados diferentes, y lo más complicado es cuando tus seres queridos te “animan” a dejar tu proyecto y a prepararte una oposición porque “es seguro”.
Lo que más gracia me hace es que la gente que suele dar estos buenos consejos jamás han intentado montar un proyecto por su cuenta.
El miedo es muy poderoso y mueve las emociones de un lado para otro sin control, si no sólo tienes que ver 10 minutos las noticias de forma consciente y comprobar los sentimientos que te producen…
Lo bueno que tenemos a día de hoy es que la información fluye como jamás ha ocurrido en la historia, hoy puedes aprender cualquier cosa desde cualquier parte del mundo sólo con tu teléfono móvil y esto es super potente.
La mayoría de la gente lo usa para hacer el indio (o ver cómo otros lo hacen) en las redes sociales pero si te sales de esa dictadura social verás que la tecnología puede usarse para mucho más.
Para aprender una nueva habilidad que te haga libre por ejemplo.
Te voy a dejar unos cuantos libros que me han ayudado desde el principio a cambiar mi percepción del mundo y de mi mismo, quizás te sirvan o quizás no, eso ya no depende de mi:
Padre rico padre pobre – Robert Kiyosaki
La semana laboral de 4 horas – Tim Ferris
Piense y hágase rico – Napoleon Hill (edición de Carlos Galán)
Quizás los conozcas o quizás no, pero a mi en su día me rompieron la cabeza y de vez en cuando vuelvo a revisarlos para ver en qué punto estoy. Podría recomendarte muchos más pero eso ya lo haré en el blog y si tuviese que elegir sólo uno ahora mismo te recomendaría piense y hagase rico, escrito en 1936 es el patriarca de los libros de crecimiento personal y la edición revisada de Carlos Galán lo hace todavía más útil para el siglo XXI.
Cómo pequeño ejercicio te invito a que escribas en un papel los síes, lo que te gustaría conseguir en la vida, tu verdadero propósito y que lo pongas en un sitio en el que puedas verlo todos los días.
El mío por ejemplo es: soy dueño de mi tiempo.
Suena fácil pero si le das una vuelta verás todo lo que ello implica, me lo repito a mi mismo porque en ciertos momentos he malvendido mi tiempo a terceros y no me ha dejado dormir por las noches.
Hablaremos de ello más adelante, espero que pases un bonito día.
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